Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, sostuvo este viernes una conversación telefónica con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, acompañado por líderes europeos clave, en medio del reinicio de conversaciones entre Kiev y Moscú en Estambul. La llamada, según informó la oficina presidencial ucraniana, tuvo como objetivo coordinar posiciones frente a los intentos de reactivar un proceso de paz estancado y evitar concesiones prematuras a Rusia.
Zelenski fue acompañado por el presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Friedrich Merz, el primer ministro británico Keir Starmer y su homólogo polaco Donald Tusk. Todos ellos escucharon al líder ucraniano reiterar su mensaje central: “Ucrania está lista para dar pasos hacia una paz real, pero el mundo debe mantener una postura firme”.
En su intervención, Zelenski reafirmó que cualquier intento de alto el fuego que no contemple la retirada rusa y el fin de los ataques será visto como una trampa diplomática. “Si los rusos rechazan un alto el fuego completo e incondicional y el fin de los asesinatos, deben enfrentar sanciones más duras”, advirtió.
Trump, que se encuentra inmerso en plena agenda exterior, fue agradecido por Zelenski por haber enviado al secretario de Estado Marco Rubio y al enviado especial Keith Kellogg a las conversaciones de Estambul. El presidente ucraniano también reconoció el rol de Turquía como anfitrión en una negociación que, aunque aún incipiente, ha generado expectativas moderadas tras el anuncio de un posible intercambio de prisioneros entre ambos países.
Zelenski lanzó sus declaraciones desde Albania, donde participó en la reunión de la Comunidad Política Europea (CPE) celebrada en Tirana. Allí volvió a señalar que Rusia sigue instrumentalizando el diálogo como una estrategia de desgaste y propaganda. “Lo que vemos es teatro. Si el Kremlin realmente quisiera la paz, aceptaría un cara a cara entre presidentes”, dijo, en referencia a su invitación a Vladímir Putin a reunirse directamente en Turquía, una propuesta que Moscú ha evitado.
La presión diplomática sobre Trump, que mantiene una postura más ambigua frente a Rusia que sus predecesores, refleja la preocupación de Kiev y sus aliados por mantener el respaldo internacional a largo plazo, justo cuando los vientos geopolíticos comienzan a cambiar de dirección.