El primer ministro polaco, Donald Tusk, acusó este viernes a hackers vinculados a Rusia de haber lanzado un ciberataque contra su partido, Plataforma Cívica, apenas 48 horas antes de que el país acuda a las urnas en unas reñidas elecciones presidenciales.
“Un grupo de hackers rusos activos en Telegram atacó las páginas web de Plataforma Cívica y de mis socios de coalición”, afirmó Tusk en redes sociales, advirtiendo de una campaña más amplia para desestabilizar el proceso electoral.
La denuncia llegó poco después de que el jefe de su oficina, Jan Grabiec, informara que la página oficial del partido se encontraba fuera de servicio debido a un ataque informático. Técnicos del equipo de respuesta a incidentes cibernéticos (CERT NASK) trabajan en restablecer su operatividad.
Las autoridades polacas han identificado cientos de cuentas que, de forma coordinada, difundieron imágenes generadas por inteligencia artificial y mensajes en línea con la narrativa del Kremlin. Los contenidos, centrados en temas divisivos como la migración y la política exterior, parecen buscar la polarización del debate público.
“Estamos viendo patrones repetitivos desde hace meses: cuentas falsas, gráficos manipulados, lenguaje diseñado para provocar reacción emocional. Todo apunta a una operación digital destinada a minar la confianza ciudadana y alterar el comportamiento electoral”, explicó el instituto nacional de ciberseguridad.
Además, se han detectado anuncios políticos en Facebook que podrían haber sido financiados desde el extranjero, según reveló la agencia de seguridad interna.
La denuncia se produce en un contexto altamente sensible. Las encuestas sitúan como favorito a Rafal Trzaskowski, actual alcalde de Varsovia y candidato de la coalición gobernante. Lo sigue Karol Nawrocki, del ultraconservador Ley y Justicia (PiS), y en tercer lugar Slawomir Mentzen, representante de la derecha radical de Confederación.
En un país fronterizo con Ucrania y miembro clave de la OTAN, los comicios han cobrado un peso estratégico que trasciende las fronteras polacas. Y con el fantasma de la desinformación sobrevolando la campaña, la integridad del proceso electoral se ha convertido en una cuestión crítica para la democracia en Europa Central.