Desde China, el presidente Gustavo Petro rompió el silencio frente a la salida de la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, en medio de una controversia marcada por denuncias de presunta injerencia política en su cartera.
“La ministra se va porque yo pedí la renuncia”, dijo Petro, en una declaración que intenta poner fin a la creciente narrativa de choques internos dentro de su gabinete. El mandatario hizo énfasis en que la decisión fue personal y no responde a presiones de otros funcionarios. “Espero que no haya rencores. No hay que acusar a gente inocente. El responsable soy yo”, insistió.
Las declaraciones del presidente se dan luego de que Buitrago, en una entrevista con El Tiempo, señalara directamente al ministro del Interior, Armando Benedetti, y a la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), Angie Rodríguez, de intentar intervenir en decisiones administrativas del Ministerio, incluyendo el relevo del entonces director de la Uspec, Ludwig Valero.
Petro desestimó estos señalamientos y defendió públicamente a Benedetti, calificando la confrontación como una “pelea gratuita”. Para el presidente, las diferencias con la exministra radican en enfoques sobre la transformación del sistema judicial, y no en conflictos de tipo burocrático. En sus palabras, el Gobierno busca avanzar hacia una justicia que supere la lógica de la politiquería y que transforme de fondo el sistema penitenciario colombiano.
En esa línea, Petro reiteró su visión sobre la crisis humanitaria en las cárceles del país. Dijo que es necesario “cambiar la mentalidad” con la que se administra el sistema penitenciario y criticó que personas como los campesinos cultivadores de coca sigan siendo privados de la libertad, a pesar de su papel en la base del conflicto rural.
La controversia, sin embargo, ya se trasladó a los estrados judiciales. Tanto Benedetti como Rodríguez interpusieron acciones legales contra Buitrago por injuria y calumnia, a raíz de las acusaciones que esta hizo públicas tras su salida. Mientras tanto, la vacante en el Ministerio de Justicia se convierte en otro punto sensible para el Gobierno, que enfrenta tensiones internas y una serie de reformas sin consolidar.
Una ministra incómoda, pero técnica
El paso de Ángela María Buitrago por el gabinete no fue largo, pero sí significativo. Su perfil, más técnico que político, contrastaba con las dinámicas del actual Gobierno. Penalista de carrera, exfiscal del caso Palacio de Justicia y defensora de un enfoque garantista en materia penal, Buitrago representaba una voz más institucional que política en un gabinete cada vez más tensionado por cuotas, lealtades y alianzas.
Durante su gestión, impulsó la revisión de la política carcelaria, advirtió sobre la crisis de derechos humanos en los penales y defendió la necesidad de un enfoque diferencial en el tratamiento de delitos relacionados con el narcotráfico. Pero su paso estuvo también marcado por choques burocráticos, como la resistencia a remover funcionarios considerados idóneos, pese a presiones internas para hacerlo.
La justicia como campo de batalla política
La salida de Buitrago ocurre en un momento clave para el Gobierno. La promesa de una justicia despolitizada —una de las banderas de Petro— se cruza con las tensiones propias de una administración que enfrenta dificultades para implementar reformas en el Congreso, presión de sectores alternativos y acusaciones de burocratización.
Desde el inicio del mandato, la transformación del sistema judicial ha sido una meta declarada: desjudicializar la pobreza, transformar el Inpec, garantizar derechos en las cárceles y reformar la política de drogas. Pero a pesar de los discursos, las iniciativas en esa línea han avanzado poco. Algunas, como la humanización del sistema penitenciario, se han topado con barreras estructurales y falta de consenso técnico y político.
Con Buitrago fuera del gabinete, el Gobierno pierde a una funcionaria que, aunque incómoda en el engranaje político, tenía legitimidad en sectores académicos y jurídicos. Y, al mismo tiempo, deja en evidencia la dificultad del Ejecutivo para sostener un rumbo técnico en sectores donde la presión por el reparto burocrático sigue pesando más que la visión de largo plazo.
Ahora el caso escala a los tribunales
Tras las declaraciones de Buitrago, tanto Benedetti como Rodríguez presentaron denuncias por injuria y calumnia, trasladando el conflicto político al terreno judicial. Mientras tanto, el presidente insiste en que no hubo presiones y que su decisión fue parte de una reorientación del modelo de justicia que quiere implementar.
La pregunta abierta es si esta reestructuración se hará con perfiles técnicos o si, como temen algunos sectores, primará la lógica política sobre la idoneidad. En esa encrucijada, la salida de Buitrago puede ser leída tanto como un reacomodo interno como una señal de alerta sobre la coherencia del Gobierno frente a su propio discurso.
El paso de Buitrago por el Gobierno
Noviembre de 2023
Ángela María Buitrago asume como ministra de Justicia. Llega con perfil técnico, experiencia como penalista y un enfoque garantista. Su designación es bien recibida por sectores académicos y judiciales.
Enero – marzo de 2024
Inicia revisión del sistema penitenciario. Hace advertencias sobre crisis de derechos humanos en cárceles. Plantea enfoque más humanitario en política criminal y carcelaria.
Abril 10 de 2024
Durante un viaje a Acacías (Meta), Buitrago le comenta al presidente Petro sobre presuntas presiones para modificar la dirección de la Uspec y de la Policía de Drogas.
Abril 2024
Internamente, la ministra resiste solicitudes de Armando Benedetti (ministro del Interior) y Angie Rodríguez (directora del Dapre) para remover a Ludwig Valero (director de Uspec). Según Buitrago, también le piden nombrar en cargos a personas sin requisitos.
Mayo 9 de 2024
Buitrago presenta su renuncia de forma irrevocable. Denuncia públicamente injerencias en su cartera.
Mayo 13 de 2024
Gustavo Petro, desde China, asegura que fue él quien pidió la renuncia de Buitrago. Descarta presiones y defiende a Benedetti y Rodríguez. Agradece a Buitrago y dice que la decisión fue por divergencias sobre el modelo de justicia.
Mayo 15 de 2024
Benedetti y Rodríguez denuncian a Buitrago por injuria y calumnia. El caso escala a instancias judiciales.