La muerte del escritor Mario Vargas Llosa, a los 89 años, dejó un profundo vacío en la literatura universal, pero también generó una ola de reacciones desde todos los espectros políticos en Colombia, donde su obra y pensamiento fueron ampliamente influyentes.
Desde expresidentes hasta ministros, senadores y embajadores, múltiples voces se sumaron al homenaje póstumo al Premio Nobel de Literatura 2010, quien falleció rodeado de sus seres queridos y cuyos restos fueron cremados este domingo.
El expresidente Álvaro Uribe Vélez lo recordó como “un maestro de maestros”, y expresó:
“Nos deja obra, admiración y ejemplo. Nos deja derrotero para el futuro”.
Por su parte, el también exmandatario Iván Duque, quien sostuvo una estrecha relación con el autor de La fiesta del chivo, manifestó su dolor por la pérdida:
“Tuve el honor de gozar de su amistad (…) Su obra literaria y periodística, al igual que su legado ideológico en defensa de la libertad, sobrevivirá por siempre. Gracias, maestro”.
La senadora María Fernanda Cabal, del Centro Democrático, subrayó su impacto en el boom latinoamericano:
“Su legado literario y su compromiso con la libertad individual lo consagran como un escritor universal e inmortal en las letras”.
Desde un ángulo más cultural y reflexivo, el exministro de Cultura Juan David Correa rindió tributo a la sensibilidad de Vargas Llosa por los paisajes humanos de América Latina:
“Con él aprendí que la mejor literatura nace del mundo popular. Hoy los bares, los ríos, las selvas, los villorios y la picaresca latinoamericana están de luto”.
El embajador en Reino Unido, Roy Barreras, hizo una lectura más política de su evolución ideológica:
“Cortázar, Carlos Fuentes, García Márquez… y hoy ha muerto el último del boom. Vargas cambió de socialista a liberal en su búsqueda del equilibrio entre la igualdad y la libertad. Sus múltiples cambios no disminuyeron su sensibilidad social y humana”.
Autor de novelas esenciales como Conversación en La Catedral, La ciudad y los perros, La guerra del fin del mundo o Travesuras de la niña mala, Vargas Llosa fue también un activo pensador del debate público en Hispanoamérica. Su influencia trasciende géneros, banderas y generaciones.
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