El gesto, aunque habitual en la política local, se produjo en un momento especialmente delicado: Japón atraviesa una crisis de precios del arroz, uno de los productos más sensibles de su dieta y cultura.
La renuncia supone un nuevo tropiezo para el primer ministro Shigeru Ishiba, cuyo gabinete enfrenta niveles bajos de aprobación y una creciente presión política de cara a las elecciones a la Cámara previstas para este verano.
Durante un acto en la ciudad de Saga, en el suroeste del país, Eto dijo: “Nunca compro arroz. Me regalan tanto que podría venderlo”. La frase fue duramente criticada por la oposición y sectores de la ciudadanía que enfrentan dificultades para adquirir arroz a precios razonables, después de que su costo se duplicara en el último año.
En una posterior intervención ante el Parlamento, el ahora exministro reconoció que el comentario fue “un error” y afirmó haber comprado arroz recientemente, aunque admitió que sus palabras fueron “inapropiadas” dadas las circunstancias.
Japón ha visto un aumento de hasta el 90 % en el precio del arroz durante el último año. La combinación del auge del turismo, la presión de la demanda en restaurantes y compras masivas tras una alerta sísmica ha tensionado el mercado.
Como respuesta, el Gobierno decidió liberar parte de las reservas nacionales de arroz, unas 200.000 toneladas que se mantienen para situaciones de emergencia, en un movimiento inédito desde su creación en 1995.
Tras aceptar la renuncia, el primer ministro Ishiba designó al exministro de Medioambiente Shinjiro Koizumi como nuevo jefe de la cartera de Agricultura. En declaraciones públicas, Ishiba reveló que había reprendido a Eto y le instó a reflexionar, al tiempo que anunció que el nuevo ministro liderará un paquete de medidas para contener el alza de precios.
Con la mirada puesta en las elecciones, el gobierno japonés deberá equilibrar la urgencia económica con la presión política, en un escenario en el que la sensibilidad alimentaria y la austeridad de sus líderes son observadas de cerca por la opinión pública.