La captura de los senadores Iván Name y Andrés Calle, señalados de haber participado en el esquema de corrupción de la UNGRD, marca un giro decisivo en el proceso judicial que sacude a la clase política. En este contexto, el abogado Gustavo Moreno, defensor de Sneyder Pinilla —exsubdirector de la entidad y testigo clave del caso—, enfatizó que las órdenes de captura no son resultado de conjeturas, sino de pruebas sólidas entregadas por colaboradores judiciales.

“Esta no es una decisión basada en sospechas, sino en evidencia concreta suministrada por quienes han optado por colaborar con la justicia”, declaró Moreno, quien advirtió que todavía hay figuras influyentes que no han sido vinculadas formalmente. “Aún faltan poderosos por caer”, sentenció.

El abogado también subrayó los costos personales que ha enfrentado Pinilla desde que decidió denunciar la red de corrupción: campañas de desprestigio, amenazas a su seguridad y hasta un intento de soborno por 13.000 millones de pesos. Según Moreno, su cliente ha corrido riesgos considerables por contribuir al esclarecimiento del caso.

Las declaraciones del abogado ocurren mientras se intensifican las repercusiones políticas de las capturas de Name y Calle, señalados de haber recibido sobornos a cambio de gestionar contratos dentro de la Unidad de Gestión del Riesgo. Con estas detenciones, la Fiscalía y la Corte Suprema parecen enviar una señal clara: la investigación no ha terminado, y podría escalar a más altos niveles del poder.